EL SISTEMA DEL PATRÓN
ORO (1870-1914)
Desde el punto de
vista teórico, se lo consideraba un sistema totalmente automático y que no
necesitaba de medidas gubernamentales, nacionales o de la cooperación
internacional para su correcto funcionamiento.
Los rasgos más característicos del patrón oro se pueden describir como sigue:
Ä La unidad monetaria nacional estaba definida en términos de determinada
cantidad de oro.
Ä La relación de equivalencia o la paridad monetaria se obtenía al
comparar el contenido de oro de dos monedas cualesquiera que participaban
dentro del mecanismo.
Ä Los medios de pagos internos constituidos por billetes del Banco
Central eran convertibles en oro en forma irrestricta.
Ä En cada país la emisión de billetes por parte del organismo emisor
estaba regulada estrictamente en función de las existencias de oro. Si la
cantidad de billetes aumentaba, era como consecuencia del crecimiento del stock
de oro. Las reservas de oro eran equivalentes a la cantidad de billetes en
circulación en base a la proporción señalada en el punto anterior.
Ä La convertibilidad de las monedas que participaban en el sistema
quedaba asegurada a tipos de cambios fijos determinados: por la paridad entre
las monedas, mediante la libertad de importación-exportación de este metal.
Es así como
funcionó básicamente el patrón-oro hasta 1914. Naturalmente, los países tendían
a utilizar sus propias monedas. Pero todo el mundo tenía libertad para acuñar
monedas y venderlas al precio del oro que estaba vigente. Por tanto, todos los
países que seguían el patrón-oro tenían unos tipos de cambio fijos; los tipos
de cambio (también llamados 'valores paritarios' o 'paridades') entre las
diferentes monedas dependían del contenido de oro de sus unidades monetarias.
Como el oro era
bastante incómodo de llevar, los gobiernos tuvieron que emitir inevitablemente
unos certificados de papel convertibles en ese metal. El público podía cambiar
oro por certificados y certificados por oro y a menudo ejercía ese derecho. El
transporte transoceánico era lento y caro, por lo que los tipos de cambio no
eran exactamente fijos, sino que fluctuaban en una estrecha banda.
Estas variaciones que se derivaban del coste del transporte del oro se denominaban puntos oro, (punto de compra de oro y punto de venta de oro) y era la fluctuación que se permitía sobre el tipo de cambio fijo.
En principio, este
sistema funcionaba bastante bien al ser muy simple y no presentar problemas en
su mecánica. Desde el punto de vista económico, tenía una ventaja fundamental:
'la constancia en el valor de las monedas'.
El sistema del
patrón-oro clásico adolecía de serios inconvenientes:
Ä Beneficiaba a los países poseedores de oro, que son los que en un
principio podían emitir dinero en cantidades abundantes.
Ä Estimulaba el desequilibrio inicial entre países que tenían oro y los
que no lo tenían; aunque con el tiempo el sistema tendió a ajustarse al ir
adquiriendo dicho metal estos últimos países.
Ä La cantidad de dinero en circulación estaba limitada por la cantidad de
oro existente. No había más cantidad de dinero que la cantidad de oro.
La falta de
liquidez provocaba un aumento de la deflación y de los desequilibrios que
afectaban a cada economía nacional.
Esta es la razón por la que el sistema evolucionó, hacia otro denominado sistema de patrón de cambios-oro o conocido también como patrón-oro-esterlina.