Cuando quebró el
viejo sistema, no existía a mano otro perfecto. Los principales países miembros
del FMI trataron sin éxito de ponerse de acuerdo para crear un nuevo sistema
que sustituyera al de Bretton Woods, por lo que sin que nadie lo hubiera
planeado, el mundo ha entrado en un sistema de tipos de cambio de fluctuación
dirigida o híbrida.
El sistema actual de tipos de cambio, a diferencia del sistema uniforme anterior del patrón oro o de Bretton Woods, no encaja en ningún molde preestablecido.
Algunos países
grandes tienen tipos de cambio dirigidos pero flexibles. Este grupo
comprende actualmente Canadá, Japón y, últimamente, Gran Bretaña. En este
sistema, un país compra o vende su moneda para reducir la volatilidad diaria de
las fluctuaciones. A veces interviene sistemáticamente para fijar su moneda en
el nivel que cree conveniente.
Muchos países,
especialmente los pequeños, fijan su moneda con respecto a una de las
importantes o a una 'cesta' de monedas. A veces se permite que la fijación se
deslice suavemente hacia arriba o hacia abajo en un sistema conocido con el
nombre de fijación deslizante o reptante.
Algunos países
están agrupados en un bloque monetario para estabilizar los tipos de cambio
entre ellos y permitir, al mismo tiempo, que sus monedas varíen flexiblemente
en relación con el resto del mundo. El bloque más importante es el Sistema
Monetario Europeo (analizado más adelante).
Por otra parte, casi todos los países tienden a intervenir cuando los mercados se 'trastornan' o cuando los tipos de cambio parecen desviarse de los 'niveles fundamentales', es decir, de los tipos de cambio que son adecuados para los niveles de precios y flujos comerciales existentes.
Los países miembros
de la Comunidad
Económica Europea (CEE), a la vista de los desajustes que
acabarían con el fracaso del patrón de cambios dólar y teniendo en cuenta que
en el tratado fundacional de la
CEE , el Tratado de Roma (1957), no se especificaba nada en
absoluto sobre lo que podría denominarse un 'sistema monetario europeo',
durante la década de los años sesenta decidieron emitir una serie de informes
sobre la necesidad de armonizar el sistema cambiario de los países miembros y
de crear un sistema monetario específico para la zona, con el objetivo de
tratar de solucionar el problema que estaba perjudicando al comercio entre los
componentes de la propia CEE, y entre ella y terceros países.
De entre ellos, el más significativo es el informe Werner realizado en 1970, que describe la construcción de un sistema monetario europeo mediante tres etapas, que irían desde la coordinación de las políticas monetarias de los países miembros, hasta la definición de tipos de cambio fijos y estables. El compromiso cambiario defendido en dicho informe es el denominado 'la serpiente en el túnel' al consistir en un sistema de tipos de cambio fijos con banda de fluctuación y paridad ajustable. Aunque este sistema, tal y como se definió anteriormente, sólo estuvo en vigor unos pocos meses (desde el
El ECU era una
unidad monetaria tipo cesta, constituida por la suma de cantidades fijas de
doce de las monedas de los países miembros de la Unión Europea
(Alemania, Francia, Holanda, Bélgica, Italia, Luxemburgo, Dinamarca, Irlanda,
Reino Unido, Grecia, España y Portugal). Se utilizaba como: referencia del
mecanismo de tipos de cambio del Sistema Monetario Europeo, unidad monetaria de
medida de las instituciones comunitarias y medio de pago y reserva de los
bancos centrales de los países miembros de la Unión Europea.
El sistema,
constituido en torno al ECU, fue creado como un sistema simétrico, es decir un
sistema en el que ninguna moneda debía tener un papel privilegiado, como había
ocurrido con el dólar en el Sistema de Bretton Woods. En la práctica, sin
embargo, el MTC no es un sistema simétrico. El marco alemán, es la moneda
central del sistema y las políticas del Bundesbank tienen un papel principal.
A partir de enero de 1999 el ECU dejó de estar definido por una cesta de monedas y pasará a ser una moneda de pleno derecho, de la que cada moneda nacional participante será, en su respectivo territorio, un sustitutivo perfecto con otra denominación., La fijación de los tipos de conversión del ECU no modificará, en sí, su valor externo. La equivalencia entre el ECU cesta y el ECU moneda única será de 1:1. Los mercados cambiarios oficiales de las monedas nacionales participantes en
El ECU no fue
moneda fuerte, por lo que no pudo utilizarse en las transacciones cotidianas.
El mismo ha sido acuñado, pero sólo tuvo un uso protocolario. No obstante, se
empleó en créditos sindicales y en las operaciones comerciales del mercado
monetario. Asimismo, se empleó en la contabilidad interna de las instituciones
de la UE , al igual
que ocurría con la Unidad
de Cuenta europea.
Durante la cumbre
de la UE celebrada
en Madrid en diciembre de 1995, se decidió que la moneda única recibiría el
nombre de EURO. Este compromiso no contestaba en modo alguno a la cuestión de
si una moneda común europea llegaría realmente a ser 'común' dentro de la Unión Europea. No
obstante, también se acordaron en la mencionada cumbre las siguientes medidas:
- el 1 de enero de
1999 se fijarían los tipos de conversión de las monedas de los
estados que cumplieran las condiciones de la UEM ; - el euro reemplazaría al ECU en esa fecha
con una paridad de uno a uno con respecto al ECU; - el 1 de enero del 2002 el euro
pasaría a ser una moneda fuerte y las monedas nacionales de los estados
miembros de la UEM
serían abolidas.
El euro, desde el
Las etapas de la
introducción del euro son tres:
1.Período de
transición: del 1
de enero de 1999 al 31 de diciembre del 2001 .
En este período, el
euro es la moneda oficial de los 11 países miembros. Aunque sólo existe de
manera escritural, es decir, en anotaciones en cuenta o en documentos. Podemos
utilizar el euro en nuestras transacciones, siempre que no sea en efectivo, ya
que no se dispone en forma de monedas y billetes. Para los cobros y pagos en
efectivo se utilizan las monedas nacionales como divisiones no decimales del
euro que se deberán convertir al tipo de conversión fijo e irrevocable de
166.386 PTA/EUR.
2.Período de canje
o de dualidad de monedas: del 1 de enero del 2002 al 28 de febrero del 2002 (como máximo).
El
3.A partir del 1 de marzo del 2002
(como máximo).
El euro es la única
moneda de curso legal en los países de la zona euro.
La moneda oficial,
el 1 de enero de
1999 , es el euro para los países participantes de la Unión Monetaria ;
existirá sólo como denominador de operaciones financieras y mercantiles,
físicamente, no existirá hasta el 1 de enero del 2002 .
Para los pagos en efectivo podrá seguir utilizando los billetes y monedas nacionales hasta como máximo, el
La introducción del euro no modifica los términos de ningún contrato, sin perjuicio de lo legalmente acordado entre las parte, de forma que al final del período de transición, las referencias a las monedas nacionales contenidas en los contratos se entenderán referidas al euro, aplicando el tipo de conversión fijado y las reglas de redondeo.
El euro podrá
utilizarse para los cobros y pagos en efectivo a partir del 1 de enero del 2002 ,
fecha en la cual empezarán a circular las monedas y billetes en euros. Hasta
entonces y desde el 1
de enero del 1999 , el euro puede utilizarse para realizar pagos y
cobros mediante cargos y abonos en cuentas independientemente de la
denominación de la misma. También pueden extenderse cheques expresados en la
nueva moneda y realizar pagos con las tarjetas.
La moneda única implica que los precios de los productos y servicios en los países de la zona euro estarán expresados en la misma moneda, pero no significa que sean los mismos. Seguirán diferencias porque los factores que determinan los precios de los productos y servicios, son distintos en cada país.
La introducción del euro no implica necesariamente un aumento de los precios, sólo significa un cambio en la unidad monetaria de medida. Sin embargo, puede que la conversión de los precios 'psicológicos' (o comercialmente atractivos), provoque un pequeño aumento de precios si son redondeados al alza para conseguir un precio con el mismo efecto psicológico.
¿Cómo afecta la
moneda única a la financiación de las empresas?
La estabilidad de
precios y una política presupuestaria restrictiva, son unos de los objetivos
principales de la
Unión Monetaria Europea. Por tanto, cabe esperar en este
contexto el mantenimiento del tipo de interés reducido. Estos factores ofrecen
un marco de estabilidad económica en las empresas del área euro, y son
especialmente positivos para las empresas españolas que, históricamente, han
sufrido unos costes de financiación superiores a los de sus competidores.
Con la entrada del euro, las empresas se encuentran con un único mercado para la obtención de recursos de mayor volumen, más líquidos y de mayor profundidad, sin costes de cambio, y sin seguros de riesgo. Todo ello se traduce en un entorno muy favorable para llevar a término los planes de financiación a medio y largo plazo.