¿Cuál es la tasa de
cambio y sistema monetario internacional?
La tasa de cambio
de un país, es el valor de cada moneda nacional comparada con una moneda
internacional, se puede definir también como el poder de compra de una moneda
respecto al poder de compra de otra medida en términos monetarios.
Factores como la
fortaleza de la economía, la disponibilidad de recursos y la confianza
internacional, deciden el valor de las diversas divisas.
Existen
principalmente dos tipos de esquemas cambiarios.
Tipo de cambio fijo: En donde el valor
de una moneda está atado a un referente internacional (dólar)
Tipo de cambio flexible: En
donde el valor varia según el comportamiento de los mercados de divisas.
Mercado Cambiario
El mercado
cambiario implica el sistema de cambio el cual está influenciado por la oferta
y la demanda de divisas. El mercado
cambiario está constituido, desde el punto de vista institucional moderno, por:
el Banco Central -o agencia oficial que haga sus veces- como comprador y
vendedor de divisas al por mayor cuando la oferta está total o parcialmente
centralizada, la banca comercial como vendedora de divisas al detal y
compradora de divisas cuando la oferta es libre o no está enteramente
centralizada, las casas de cambio y las bolsas de comercio.
ORIGEN DE LA OFERTA DE DIVISAS
La oferta de
divisas se origina en las transacciones activas o créditos de la balanza de
pagos, tales como: exportación de bienes y servicios, ingresos sobre
inversiones del país en el extranjero, donaciones y remesas recibidas por
residentes o importación de capital no monetario.
El componente más
estable de la oferta es el que se origina en la exportación de bienes y
servicios.
La demanda de divisas
se origina en las transacciones pasivas o débitos de la balanza: importación de
bienes y servicios, pagos por rendimientos de la inversión extranjera en el
país, donaciones y remesas enviadas por residentes y exportación de capital no
monetario; el componente más estable de la demanda es el referido a la
importación de bienes y servicios.
Los movimientos de
capital son los componentes menos estables, más dinámicos, del mercado de
divisas.
Modalidades de Tipos de
Cambio
Entre las
modalidades de tipo de cambio se encuentran:
Tipos de cambio
rígidos y flexibles.
Tipos de cambio
fijos y variables.
Tipos de cambio
únicos y múltiples.
El tipo de cambio
rígido es aquel cuyas fluctuaciones están contenidas dentro de un margen
determinado. Este es el caso de patrón oro, en que los tipos de cambio pueden
oscilar entre los llamados puntos o límites de exportación e importación de
oro, por arriba o por debajo de la paridad. Si los tipos de cambio excedieran
de dichos límites ocurrirían movimientos de oro que harían volver las
cotizaciones al margen determinado.
Su funcionamiento
exige la posibilidad concreta de dichos movimientos de oro y se asegura,
además, mediante un mecanismo operativo de movimientos de capital a corto
plazo, ligados a una relación entre los tipos de cambio y las tasas monetarias
de interés.
El tipo de cambio
flexible es aquel cuyas fluctuaciones no tienen límites precisamente
determinados, lo que no significa que tales fluctuaciones sean ilimitadas o
infinitas. Este es el caso del patrón de cambio puro y del papel moneda
inconvertible. Son los propios mecanismos del mercado cambiario y, en general,
la dinámica de las transacciones internacionales del país, los que, bajo la
condición esencial de la flexibilidad, permiten una relativa estabilidad de los
cambios, dadas las elasticidades de oferta y demanda de los diversos
componentes de la balanza de pagos.
Es aquel
determinado administrativamente por la autoridad monetaria como el Banco
Central o el Ministerio de Hacienda y puede combinarse tanto con demanda libre
y oferta parcialmente libre, como con restricciones cambiarias y control de
cambios.
Dado el virtual
quebrantamiento del patrón oro en nuestros días, la alternativa de la flotación
de los cambios es la fijación por la autoridad. La variabilidad de los tipos de
cambios puede interpretarse en sentido restringido (como en el caso del patrón
oro) o en sentido amplio (como en régimen de patrón de cambio y de papel moneda
inconvertible).
CAMBIO ÚNICO
El tipo de cambio
único, como su nombre lo indica, es aquel que rige para todas las operaciones
cambiarias, cualquiera que sea su naturaleza o magnitud. Se tolera cierta
diferencia entre los tipos de compra y de venta de la divisa como margen operativo
para los cambistas en cuanto a sus gastos de administración y operación y
beneficio normal. El ideal del FMI es el sistema de cambios únicos, que no
admite discriminación en cuanto a las fuentes de origen de las divisas ni en
cuanto a las aplicaciones de las mismas en los pagos internacionales. De modo
distinto, los tipos de cambio múltiples o diferenciales permiten la discriminación
entre vendedores y entre compradores de divisas, de acuerdo con los objetivos
de la política monetaria, fiscal o económica en general. Mediante este sistema
puede favorecerse determinadas exportaciones (con tipos de cambio de
preferencia que proporcionen más moneda nacional por unidad de moneda
extranjera a los respectivos exportadores), determinadas entradas de capital, o
restringirse determinadas importaciones o salidas de capital y otras
transacciones internacionales. Es un sistema frecuentemente utilizado por los
países no desarrollados como un instrumento auxiliar de la política de
crecimiento económico.
Los desequilibrios
persistentes, o fundamentales, de la balanza de pagos exigen, por lo general,
modificaciones de la paridad monetaria, o valor de cambio externo de la moneda,
para inducir ajustes en los diversos componentes de la balanza y en la
actividad económica nacional que faciliten la recuperación del equilibrio.
La paridad puede
ser modificada en el sentido del alza (revaluación) o de la baja (devaluación),
según se trate de un desequilibrio por superávit o de uno por déficit. El caso
más frecuente es el de revaluación.
Los países evitan
en lo posible la revaluación, porque ocasiona desventajas comerciales, ya que
afecta el poder de competencia de las exportaciones y favorece las
importaciones, así como las salidas de capital. Si el mercado internacional de
los productos exportables es bastante competitivo, el país que revalúa no puede
aumentar los precios de sus exportaciones para compensar los efectos de la
revaluación y los exportadores recibirán menores ingresos en moneda nacional,
aunque, por otra parte, se podrán adquirir más bienes y servicios extranjeros
por la misma cantidad de moneda nacional que antes de la revaluación (y sujeto
a que los precios internacionales de la importación no suban). Desde luego,
estos deben ser los efectos perseguidos, para el ajuste de la balanza de pagos
en caso de superávit: reducción de la exportación, o menor ritmo de aumento, y
aumento de la importación.
La devaluación
permite que los exportadores reciban mayores ingresos en moneda nacional, sin
alteración de los precios internacionales de sus productos, o aun con una baja
de proporción menor que la de devaluación; en este último caso podrá lograrse,
si la demanda externa es algo elástica, un incremento de la exportación, que es
una meta perseguida para el reequilibrio de la balanza de pagos; por otra
parte, los importadores tendrán que desembolsar mayor cantidad de moneda
nacional para adquirir determinado volumen de importaciones y, dada la
elasticidad de la demanda de éstas, podrá ocurrir una disminución de las
mismas, que es otra de las metas de ajuste que se persigue con la medida. La
producción nacional, si disfruta de una oferta elástica en relación con cierta
capacidad productiva ociosa o recursos disponibles y utilizables en corto
plazo, podrá beneficiarse con la situación creada y de este modo la economía
interna puede superar dentro de algún tiempo los efectos depresivos del
desequilibrio pasivo de la balanza de pagos. Los ingresos de capital, además,
resultan beneficiados por la devaluación.